Samaritan's Purse atiende a sobrevivientes del terremoto de Turquía, entre ellos un muchacho de catorce años rescatado tras una semana bajo los escombros.
Cuando le dijeron a Mustafa* que estuvo enterrado vivo durante más de siete días, simplemente, no podía creerlo. “No”, gimió, confundido. “Fue solo un día”. Mientras hablaba, una pequeña lágrima trazó un surco a lo largo de su mejilla manchada por el polvo de los escombros. Su cuerpo estaba raquítico, deshidratado y lastimado; cada movimiento que hacía era horriblemente doloroso. Su tío, que lo había llevado al hospital, le frotó los pies y trató de hacerlo entrar en calor. Una intérprete local vertió agua delicadamente sobre sus labios resecos y agrietados.

Nuestras enfermeras y doctores atienden a Mustafa, un sobreviviente del terremoto, que estuvo sepultado bajo los pesados escombros durante ocho días.
Asombrados de que estuviera vivo, el equipo médico de Samaritan’s Purse rápidamente se puso a examinar al muchacho de catorce años, mientras lo conectaban a una vía intravenosa y monitoreaban atentamente sus signos vitales. Aunque lo peor ya había terminado, Mustafa acababa de emprender el largo camino para su recuperación.
Responder en el nombre de Jesús
El 13 de febrero, Samaritan’s Purse empezó a recibir oficialmente pacientes en nuestro hospital móvil de emergencias ubicado en Antakya (Turquía), una de las regiones más golpeadas por los terremotos catastróficos de la semana anterior. Mientras los informes del número de muertos alcanzaban las 10 000 personas y a las comunidades les arrebataban sus sistemas sanitarios locales, desplegamos cerca de 100 especialistas de asistencia en desastres para que monten y operen uno de nuestros mayores hospitales móviles al día de hoy. El esfuerzo fue cubierto en oración por creyentes preocupados de todo el mundo y, apenas en las primeras 24 horas, unos 80 pacientes fueron tratados en las instalaciones, incluido Mustafa.
La pérdida del hogar y la familia
Mustafa y su familia se habían mudado recientemente a una casa nueva. Su madre, su padre y sus tres hermanos nunca hubieran imaginado los acontecimientos que traería aquel 6 de febrero. Fue entonces cuando un terremoto de magnitud 7.8 sacudió el sur de Turquía y dejó atónito al mundo. Los violentos temblores derribaron la casa de Mustafa en Antakya, con él y su familia adentro. Prácticamente se había perdido toda esperanza de que alguno de ellos hubiera sobrevivido.
“Recuerdo haberme despertado y escuchado los pájaros”, comenzó su relato. Al referirse a la mañana del terremoto, la frecuencia cardíaca de Mustafa empezó a aumentar y disparó aceleradamente el sonido del monitor del corazón. “Mi padre corría hacia nosotros, pero el edificio comenzó a caerse”. Mientras hablaba, se quedó mirando fijo el cielorraso tipo tienda de campaña del hospital y se le llenaron los ojos de lágrimas. “En ese momento, supe que mi padre y mi madre acababan de morir”, dijo Mustafa.

MUSTAFA ESTÁ ENTRE LAS DECENAS DE SOBREVIVIENTES DEL TERREMOTO QUE LLEGAN A NUESTRO HOSPITAL EN BUSCA DE CUIDADOS INTENSIVOS. SU TÍO (A LA DERECHA) LO RESCATÓ ENTRE LOS ESCOMBROS.
Durante el derrumbe del edificio, apretó fuertemente la mano de su hermanita de ocho años, intentando mantenerse cerca de ella mientras caían en picada al suelo, junto con su casa. “Al principio, su mano estaba tibia, pero luego se enfrió”, dijo. Cuando tuvo que traducir esta historia trágica, la intérprete de Samaritan’s Purse debió contener sus propias lágrimas, mientras palmeaba suavemente el hombro de Mustafa para consolarlo.
Él continuó explicando que, mientras estaba debajo de los escombros, incapaz de moverse, pudo escuchar la voz de su hermano. Estuvieron hablándose durante un rato hasta que, finalmente, su hermano dejó de responder. Mustafa se dio cuenta de que había muerto, así como el resto de su familia, y que ahora estaba solo.
Rescatado de los escombros
Mientras yacía indefenso entre las ruinas de lo que había sido su vida, Mustafa estuvo consciente de a ratos. Nos compartió que soñó que su familia le traía naranjas y miel para comer, mientras le decían: «Conserva la calma, te rescatarán». A medida que transcurrían los días, se llevaron a cabo intentos de búsqueda y rescate en su vecindario, pero no encontraron a Mustafa. Lo pasaron por alto y él tuvo la certeza de que moriría.

Deshidratado y herido luego de muchos días entre los escombros, Mustafa necesitaba desesperadamente atención médica.
Una semana después del terremoto, grupos locales llegaron a la casa de Mustafa con bolsas blancas para cadáveres, listos para recoger los restos humanos de él y su familia. Mientras comenzaban a preparar el equipamiento para sacar los cuerpos, el tío de Mustafa escuchó un débil grito de auxilio. Conmocionados por la posibilidad de que hubiera un sobreviviente, los hombres se apresuraron y pudieron salvar al adolescente que, en ese momento, apenas estaba con vida. “Estaba tan feliz”, dijo él.
Esperanza en el mañana
Hoy, los médicos y las enfermeras de Samaritan’s Purse que cuidan y quieren a Mustafa, responden a la devastación de Turquía en el nombre de Jesús. Cada día, Mehmet avanza hacia una pronta recuperación y ahora puede incorporarse y sentarse en una silla de ruedas. Tenemos la esperanza de que se recuperará completamente y empezará a sanar el trauma de haber perdido a su familia.

El equipo en nuestro Hospital Móvil de Emergencias trabaja día y noche para cuidar de sobrevivientes como Mustafa.
Menos de 48 horas después que el hospital móvil de emergencias abriera sus puertas, más de 120 pacientes fueron atendidos con compasión, amor y la disposición a ser cuidados. Mientras nuestros equipos siguen trabajando bajo condiciones climáticas invernales y durante largas horas, tienen presente que para miles de turcos y otros pueblos de la región, las noches frías y el agotamiento no son nada en comparación con el sufrimiento que se ha vivido aquí durante la última semana y media.
Por favor, sigue orando por los corazones y las almas de personas como Mustafa, quienes comienzan a asimilar todo lo que han perdido a causa de los terremotos de la semana pasada. Asimismo, ora pidiendo sabiduría y protección para nuestro personal, que trabaja abnegadamente para ser un ejemplo del amor de Dios.
Para más información sobre la respuesta en curso, visita nuestra página respuesta al terremoto de Turquía..
*Nombre alterado para su privacidad.
Actualización (15 de febrero): Mustafa acaba de ser dado de alta del hospital móvil de emergencias. Nuestro equipo confía en que su cuerpo se recuperará por completo. Las cicatrices emocionales debido al trauma de haber perdido a todo su núcleo familiar en el terremoto necesitan el toque sanador de Dios. Por favor, continúa orando por Mustafa.
