Un programa comunitario de salud materna de Samaritan’s Purse salva vidas y comparte el amor de Jesucristo en las aldeas remotas de Liberia.
En el pasado no muy remoto de la aldea de Gmmomaken, las familias solían acudir al herbolario local con sus preocupaciones sobre fertilidad o por remedios para asegurar el nacimiento seguro de un hijo.
Las madres de las áreas rurales de Liberia aprenden sobre la importancia de la nutrición y sus chequeos médicos durante el embarazo.
Lo buscaban con dolores alarmantes durante el embarazo y complicaciones.
Visitaban su choza oscura en el centro del pueblo, en espera que sus tratamientos tradicionales, incluso los mortales, apaciguaran los espíritus que les traían enfermedades.
Cuando estos tratamientos fallaban inevitablemente, el otro recurso era la iglesia local, para los últimos ritos.
Y así fue por mucho tiempo para las comunidades de River Gee, en el sur de Liberia. Esta área está tan alejada de la capital, Monrovia, que muchos residentes solo soñaban con ir allí.
En este aislamiento, las aldeas estaban atrapadas en prácticas y pensamientos tradicionales, lo que los mantuvo lejos de buscar cuidado médico para salvar sus vidas.
Los lideres de la aldea, que aparecen aquí en nuestra capacitación, son claves para fortalecer a las mujeres y a las familias para recibir educación sanitaria.
“Los lideres tradicionales y los jefes deciden quién puede compartir con su pueblo”, dijo Michael Ley, el director del programa de Salud Materna y Neonatal en River Gee. “Muchas prácticas tradicionales impiden que la gente reciba cuidado apropiado a tiempo”.
Pero a través del programa de Salud Materna y Neonatal de Samaritna’s Purse (MNCH) en River Gee, incluso los líderes comunitarios animan a que la gente busque consejo médico. A través de la capacitación para padres lideres, Samaritna’s Purse enseña a un grupo selecto de cada aldea que esté dispuestos a aprender y usar de su influencia para enseñar a otros.
Este método salva vidas.
“Las capacitaciones en las aldeas requieren de una conexión comunitaria buena”, dijo Ley. “Incluso el presidente vino aquí en helicóptero para visitar a las personas de esta aldea, y tuvo que pedir permiso a los lideres y ancianos antes de ser recibido”.
Nada más que un milagro
Ha sido un milagro que Dios haya abierto las puertas para los equipos que enseñan de salud y sobre Su Hijo Jesucristo.
Una enfermera escucha para monitorear la salud de un bebé en la clínica local que recientemente renovó Samaritan’s Purse con una sala de maternidad.
Por esta razón, una mujer llamada Patience caminó una distancia larga en un camino de tierra lejos de su hogar en Gmomaken. Pasó de lado la casa del herbolario, hasta donde pudo unirse en oraciones y alabanzas a Dios en el lugar de reunión de la aldea, muy cerca de la choza oscura del chamán.
Como líder de nuestro programa, ella visita a otras mujeres en sus casas para enseñarles principios que salvan vidas. Ese día, estuvo en una reunión donde docenas de personas, incluido un anciano de la aldea, vinieron para aprender cómo mejorar las vidas de las madres y sus hijos.
Instruyó a los jóvenes padres sobre la importancia de dar el pecho, diez veces al día, y de lavarse las manos. “Solo cuando estés limpio podrás tocar al bebé”.
La clínica también tiene aparatos, como sonogramas, para monitorear la salud del bebé y ver su posición.
Otros instructores enfatizaron la importancia de las frutas y verduras mezcladas con la comida para prevenir la desnutrición mientras los niños cambian a comida sólida.
Y los maestros animaron a las mujeres embarazadas a visitar la clínica con regularidad y conocer las complicaciones de un embarazo, como las actividades que añaden al estrés en el cuerpo y en el bebé.
El programa MNCH tiene más de diez años en Liberia y casi dos años en Gmomaken, y el número de muertes se ha desplomado desde que iniciaron las clases.
“Las madres y sus bebés morían porque, a nivel comunitario, los mensajes de prevención no llegaban”, dijo Ley. “Si alguien vive dos horas lejos, no pueden usar las clínicas con frecuencia”.
La nutrición infantil es vital para las familias en las áreas rurales de Liberia.
“Cuando están listas para el parto, pueden dar a luz en el camino. Y puede haber complicaciones. Esas complicaciones no se pueden corregir. Pero nuestros padres líderes enseñan esos mensajes y salvan vidas”.
Patience dijo que la capacitación ha ayudado a que ella cuide mejor de sus propios hijos y esto le da gozo para enseñar a otras madres también.
“Nuestras madres morían. Nuestros hijos morían”, dijo Patience. “Pero ahora nuestros hijos están saludables. Los padres saben más. Por eso me encanta nuestro programa. Y me encanta poder decirles de Dios. Buscar a Dios sin importar lo que suceda”.
Transformar mentes salva vidas
Kenneth Jargba, un padre líder, viene de la lejana aldea de Krakree para aprender cómo ayudar a su gente. Para llegar al pueblo más cercano requiere horas en un camino inundado. El agricultor y pastor escuchó que había maneras de evitar la muerte de los aldeanos.
El futuro de Liberia luce más prometedor cuando las aldeas adoptan mejores prácticas sanitarias para proteger a madres y niños.
“Les digo que olviden la medicina del país”, dijo. “Vayan al hospital. Así que los animamos a saber más de salud”.
La clínica más cercana a Kenneth está en Gmomaken. Samaritan’s Purse recientemente renovó y expandió las instalaciones con una sala de maternidad. Las enfermeras ahora pueden monitorear los síntomas de las mujeres embarazadas y escuchar el latido del bebé.
Un líder padre llamado Kenneth viajó muchas horas para nuestra capacitación y regresó con nuevas prácticas para su comunidad en Krakree.
Esto les indica mucho sobre la salud y posición del bebé en el vientre. Aunque lejos de casa, las madres pueden viajar con anticipación para sus partos para evitar complicaciones y tener un espacio especialmente designado.
Ahora en Krakree, las mujeres pueden tener ayuda a tiempo.
“Las madres jóvenes solían morir. Los pequeñitos morían. Ahora la gente escucha”, dijo Kenneth. “Me encanta este programa y Samaritan’s Purse porque nuestra aldea está muy lejos. Nadie nos visita, pero Samaritan’s Purse llegó y nos dijo sobre la capacitación. Y ahora vemos cambios. Toma tiempo que la gente cambie, pero lo estamos viendo”.
“También les enseñamos la Palabra de Dios, y este programa nos la oportunidad de compartir de Jesús con ellos”.
Prevenir la desnutrición
El programa salva las vidas de los niños de los efectos de la desnutrición.
Samaritan’s Purse organiza revisiones de nutrición en el país.
Los padres aprenden la importancia de alimentar a los pequeños con una dieta apropiada, y les muestran cómo la desnutrición es real y prevenible. En especial en las aldeas rurales, donde muchas familias tienen granjas pequeñas o huertos, tienen acceso a variedad de comida. Solo resta saber cómo aplicar el conocimiento.
Una buena nutrición permite que las madres den pecho más seguido, lo que previene la desnutrición de recién nacidos. Cuando esto no se hace y hay una transición prematura a sólidos, puede hacer que los niños no coman, se enfermen o tengan deficiencias peligrosas.
Los programas MNCH fortalecen a los padres lideres para detectar las señales de problemas de nutrición y capacitar a los padres para corregirlos o ir a la clínica.
La clave en estos y otros lugares en las áreas remotas de Liberia es que se apropien, como comunidad, de los problemas y las soluciones. La capacitación y recursos que Samaritan’s Purse provee son las semillas para hacer crecer comunidades autosustentables. Entonces los lideres comunitarios pueden transmitir sabiduría y trabajar juntos.
“El modelo del programa ayuda a dar dignidad a las personas para mostrarles que tienen y lo que se necesita para mejorar sus comunidades sin influencia externa”, dijo Daniel Ruiz, el director nacional de Samaritan’s Purse en Liberia. “Después de tanto tiempo pensando en sobrevivencia y dependencia, toma mucho tiempo, años, de trabajar con la gente hasta que comprenden algo y se lo apropian. Pero estamos viendo esto ocurrir en lugares como River Gee”.
Mientras trabajamos entre hombres, mujeres y niños en Liberia, oramos por el futuro de estas familias y porque el amor de Dios por medio de Jesucristo los acerque más a Él.
