Un equipo de cirugía de cataratas de Samaritan's Purse proporcionó a los camboyanos una cirugía de ojos que les cambió la vida y les transmitió el mensaje del Evangelio.
“En él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en la oscuridad y la oscuridad no ha podido apagarla” (Juan 1:4-5).
Los ojos de Torn brillan de lágrimas mientras toma de la mano a los empleados de Samaritan's Purse. Acerca sus rostros al suyo, para finalmente verlos con claridad por primera vez.
Torn expresó afectuosamente su gratitud a nuestro equipo por poner fin a años de anhelo por recuperar la visión.
“Son hermosas”, les dice a los miembros del equipo.
Torn fue llevada a la clínica para una cirugía de cataratas doble. De cariño le llaman una Donchee, que significa “abuelita” en el idioma local, Khmer. La palabra describe a una mujer de edad avanzada que ha dedicado su vida a la religión. Ahora, después de tres años de ceguera, esta monja budista de 66 años puede ver.
“Estaba en la oscuridad, pero luego me quitaron la venda y vi la luz. Fue como entrar en una habitación, encender la luz y poder verlo todo”, dice Torn. “Es el amor y la bendición de Dios lo que me trajo hasta su equipo”.
Qué tan lejos llegará Dios
Torn se encuentra entre los 230 pacientes que recibieron la cirugía de ojos que les cambió la vida, de forma gratuita, durante nuestra misión de cirugía de cataratas de una semana en Pailin, Camboya. Para quienes aún viven en la pobreza, esta cirugía de 15 a 30 minutos puede cambiar drásticamente la vida de una persona, permitiéndoles seguir trabajando, mantener a sus familias y vivir de forma independiente.
Bethany Densham, directora del programa de cataratas de Samaritan's Purse, ha visto a Dios trabajar en vidas y comunidades a través de estos procedimientos que cambian vidas en todo el mundo.
“Las cataratas son la principal causa de ceguera en todo el mundo y a menudo están relacionadas con el envejecimiento de la población que ha estado muy expuesta al sol”, explica Bethany Densham, directora del programa de cataratas de Samaritan's Purse.
“En la mayoría de los lugares a los que vamos, muchas personas con cataratas no pueden realizar sus actividades por sí mismas”, dice Densham. Para quienes son el principal sustento de sus familias, esto hace que la cirugía sea aún más importante.
Barry Jessen, director de nuestra oficina en Camboya, explica cómo este programa atrae a profesionales médicos talentosos de todo el mundo para que vengan a servir y brindar una cirugía gratuita e incondicional.
“Esto muestra que Dios está dispuesto a ir más lejos que nadie para venir y ayudarte”, dice Jessen.
El equipo quirúrgico de cataratas no sólo soluciona la mala visión en esta generación, sino que también lleva la luz del Evangelio de Jesucristo a la ceguera espiritual de la región.
“Ahora he conocido a un Dios verdadero…”
Es fácil reconocer a Torn en la clínica vestida de blanco. Su ropa no es lo único que la hace destacar, sobre todo ahora, porque no puede dejar de sonreír y alegrarse con el personal de Samaritan's Purse por haber podido volver a ver.
Torn fue bendecida al ver la bondad del pueblo de Dios que le brindó atención compasiva y de calidad para ayudarla a ver nuevamente.
Torn empezó a perder la vista hace unos seis años. Después del divorcio de su marido muchos años antes y el fallecimiento de su único hijo de niño, Torn se quedó sola justo cuando su vista empezó a deteriorarse. Decidió regresar con su familia, que vivía cerca de la frontera con Vietnam, pero no tuvo la bienvenida que esperaba.
“Después de perder la vista, volví con mis ocho hermanos, pero cuando vieron que estaba ciega, no me aceptaron; me dejaron ir, así que decidí irme a vivir a la pagoda”, dice, al recordar cómo también le quitaron su casa y su terreno. “Le pedí a mi hermana que me llevara a un hospital en Phnom Pehn (la capital), pero mi hermana me dijo: 'Si quieres ir a algún sitio, puedes ir. Simplemente vete. Ve a donde sea'”.
Sin nadie a quien recurrir ni adónde ir, Torn vivir en una comunidad budista. Cuando se mudó por primera vez a la pagoda de Pailin, describió experimentar una nueva esperanza.
“Creía que un día un Dios con poder me ayudaría, [pero] no sabía de quién sería ese Dios”, explica.
No sabía que el Señor la estaba preparando para experimentar su amor de una manera nueva y poderosa. Tras contactar con nuestro equipo en Pailin, operarse de cataratas y recuperar la vista, la fe de Torn se hizo realidad.
“Lo primero que vi al abrir los ojos fue la luz, el sol”, dice Torn. “Fue como si hubiera muerto y luego hubiera vuelto a la vida”.
Ahora que ve, Torn dice que desea plantar verduras, limpiar el terreno y preparar comida en la pagoda. "Todavía tengo energía para servir", dice. "Puedo volver a leer y aprender algo nuevo a través de la lectura. Puedo leer la Biblia y aprender sobre Jesús".
Aunque Torn no se convirtió al cristianismo, experimentó el amor de Dios a través de su pueblo, ministrando de forma tangible en su vida. Por favor, ora por Torn mientras descubre más sobre quién es Jesús.
“Ahora he conocido a un Dios verdadero que puede sanarme. ¡Gracias! Bendiciones para el personal. Dios los envió. Nada se le compara”.
Después de cien años de oración
El equipo de cataratas de Samaritan's Purse colabora con iglesias locales que atendieron a pacientes, amigos y familiares, y participaron en la siembra de cientos de semillas del Evangelio. Muchos pacientes fueron llevados a estas iglesias locales para recibir comida y alojamiento durante la noche, y mientras están allí, los pastores les compartieron el Evangelio en su idioma materno.
Las iglesias locales en Pailin, Camboya, comparten comida, hogares y el Evangelio de Jesucristo con los pacientes de cataratas.
“Estas iglesias locales estaban muy entusiasmadas con la llegada de los pacientes, ya que es una gran oportunidad para ministrar y compartir el Evangelio. Tienen un público cautivo”, dice Densham. “Es una gran oportunidad para nuestro personal, y especialmente para el personal nacional, ir allí por las tardes y ministrar a los pacientes”.
Durante nuestra misión de cataratas en Camboya, Dios abrió los ojos espirituales y más de 180 pacientes decidieron seguir a Jesús tras escuchar el Evangelio en una iglesia anfitriona. Un anciano llamado Seom fue uno de los pacientes que confesó a Jesús como Señor y Salvador tras conversar con un colaborador de la iglesia local.
“Decidí creer en Jesús porque vi la alegría que me rodeaba y vi a Cristo a través de todos ustedes. Veo la bondad de Dios, su bondad con ustedes, y también quiero experimentar su amor”, explica Seom, quien también comparte parte de su historia. Era apenas un adolescente cuando Camboya sufrió la guerra del Khmer Rouge. Fue reclutado en el ejército y se convirtió en niño soldado a los 15 años.
Más adelante, su mala visión le impidió trabajar en su granja y mantener a su familia. Sin embargo, tras operarse de cataratas y escuchar el Evangelio, Seom ve su vida de otra manera.
“Es una bendición que Dios me haya traído aquí. Todo ha sucedido porque Dios quiso bendecirme y tiene un plan para mí”, dice. “Creo que, sin importar las dificultades que enfrente en el futuro, Dios me ayudará”.
Seom, a la derecha, se une a su esposa para compartir su gratitud por la restauración de su vista y la transformación de su vida a través de una relación con Jesucristo.
Los líderes de la iglesia ven el impacto del programa de cataratas como un ejemplo de un cambio cultural más amplio que está ocurriendo en Camboya. Actualmente, las iglesias están presenciando el fruto de cien años de ministerio cristiano, y las congregaciones locales están experimentando una cosecha.
Como director de Camboya, Barry Jessen ha sido testigo de esto de primera mano, a medida que las comunidades abren sus corazones a Cristo durante los numerosos proyectos de Samaritan's Purse en todo el país.
“Después de cien años de oración y fiel diligencia en sembrar la semilla, ahora, sólo en los últimos años, estamos viendo un período de cosecha, miles y miles cada año vienen a Cristo”, dice.
Vio a personas y sus familias comenzar a comprender el amor incondicional que Cristo tiene por ellos a medida que experimentan el nivel de atención que brindamos sin pedir nada a cambio.
“Es único ver a gente tan receptiva al Evangelio en un país mayoritariamente budista”, dice Densham, celebrando la cosecha espiritual que el equipo de cataratas presenció en tan solo unos días. “Muchos corazones cambiaron esta semana, y eso fue muy especial”.
Por favor, ora por esta nación que busca la verdad y por quienes decidieron seguir a Jesús durante nuestra misión de cataratas en Pailín. Oramos para que se recuperen bien de la cirugía y sigan creciendo en su nueva fe.
