SAMARITAN’S PURSE CONTINÚA ENTREGANDO CASAS MÓVILES NUEVAS A LOS HABITANTES DEL OESTE DE CAROLINA DEL NORTE, HOMBRES Y MUJERES QUE SUFRIERON PÉRDIDAS INCREÍBLES DURANTE EL HURACÁN HELENE.
La casa móvil de Ronnie y Ginny Meadows en el oeste de Carolina del Norte fue arrasada por el huracán Helene. Era la única casa en la que habían vivido durante su vida de casados (49 años y siguen sumando).
“Hemos tenido inundaciones cien veces”, dijo Ronnie, señalando que su antigua casa estaba en la calle donde él creció. “Pero a las dos de la tarde (del día que llegó Helene), vino la brigada de bomberos y no pudieron llegar hasta nosotros”. El agua ya había sobrepasado la altura de su puente. Fue en ese momento que la pareja comenzó a darse cuenta de que quizás tendrían que encontrar un sitio más seguro donde esperar a que pasara la tormenta. Entonces, se fueron a pasar la noche con su hijo y su familia, a varios kilómetros de distancia.
Nunca volvieron a ver su casa. Fue completamente destruida por la tormenta. La familia escapó solamente con “la ropa que teníamos puesta”, dijo Ginny.
Samaritan’s Purse encontró a este matrimonio mientras nuestro personal y los voluntarios recorrían los vecindarios que sufrieron daños importantes a causa del huracán. Al principio, Ronnie y Ginny intentaron situar una nueva casa móvil donde había estado la anterior antes de la tormenta, pero al analizar cuán seguido se inundaba la zona, comenzaron a buscar algún otro lugar donde construir. Su hijo, Shane, un pastor de la zona, les ofreció a sus padres una parte de su propiedad en Leicester, en el condado de Buncombe. Pronto, Samaritan’s Purse se puso a trabajar en la obra.
La casa nueva tiene vistas a los hermosos Montes Apalaches desde un mirador que hay en la cima de una colina. “Aquí arriba no hay ningún río”, comentó Ginny. En este lugar estarían a salvo de las inundaciones habituales que habían soportado durante casi medio siglo en su antigua propiedad. Durante la época en que Samaritan’s Purse acondicionaba la casa móvil, Dios también les proveyó un alquiler en un barrio cercano, donde la familia Meadows pudo vivir tranquilamente mientras construían su casa.

UN LETRERO QUE DICE “BIENVENIDOS A CASA” CUELGA EN EL NUEVO PORCHE DELANTERO DE LOS MEADOWS.
Sonidos de alabanza
A pesar de que el huracán obligó a la pareja a comenzar de nuevo en muchos aspectos, han podido ver la fidelidad de Dios en la provisión de un nuevo hogar por medio de Samaritan’s Purse. En la dedicación que tuvo lugar a fines de julio, ambos mencionaron cómo vieron que nuestro personal y nuestros voluntarios estaban muy unidos: una unión que se manifestó a través del amor de Dios y el servicio hacia ellos.
Durante el evento de la dedicación, la pareja recibió su propio juego de llaves de la casa nueva, una Biblia firmada por los voluntarios que trabajaron en ella, y un cartel que dice “COMPLETAMENTE PAGADA”, señalando que todos los gastos ya fueron cubiertos. Esto es el recordatorio de que la sangre de Cristo cubre nuestro pecado, y de que Él salva gratuitamente a todo el que se arrepiente y cree en Él. Kevin Mitschelen les entregó a Ronnie y a Ginny las llaves, y les mostró las ranuras en la parte superior, así como la línea recta que recorre la base de cada llave.
Usó el contorno de la llave como una analogía de la vida, donde pasamos por altibajos representados por los picos y las concavidades que tiene cada llave, explicó él. “Dios es Dios, en medio de la vida”, dijo. “Esta línea recta es Jesucristo, que es nuestra roca. Él es en quien ponemos todas las cosas. Y no es como las arenas movedizas de este mundo, sino que Él es la roca”.

RONNIE Y GINNY RÍEN CON LA FAMILIA Y CON EL PERSONAL DE SAMARITAN’S PURSE DURANTE LA CEREMONIA DE LA DEDICACIÓN.
La pareja se emocionó hasta las lágrimas a lo largo de distintos momentos de la ceremonia, conmovidos por la bondad del personal y los voluntarios de Samaritan’s Purse. “Él ha superado nuestras expectativas”, afirmó Ginny, refiriéndose al Señor. “Hubo días en los que yo no podía caminar, y Él me cargó”. Tanto Ronnie como Ginny les agradecieron a cada uno de los empleados y los voluntarios a lo largo del día.
La dedicación concluyó con un himno dirigido por la nuera de la pareja, Cindy. Todos se sumaron a cantar la canción, y la casa móvil nueva se llenó de sonidos de alabanza y adoración: “El rostro de Jesús siempre resplandecerá, pues Él es la única luz que necesitaré”.

AHORA, LA PAREJA TIENE UNA VISTA PANORÁMICA DE LOS MONTES APALACHES DESDE SU PORCHE DELANTERO.