Samaritan’s Purse está trabajando a través de las iglesias asociadas para cubrir las necesidades físicas y compartir el amor de Jesucristo después del terremoto fatal que azotó en la isla de Cebú.
Samaritans’ Purse continúa brindando ayuda en Filipinas mientras las comunidades se recuperan de un terremoto de magnitud 6.9 que sacudió al país el 30 de septiembre.
Estamos distribuyendo las provisiones en baldes, que son útiles para muchos otros usos en situaciones catastróficas.
Gracias a nuestra trayectoria de trabajo en Filipinas —incluyendo a los actuales equipos ministeriales de Operation Christmas Child y los antiguos proyectos que tuvimos en el país—, tenemos colaboradores sólidos en Cebú que están comprometidos a compartir el Evangelio del Señor Jesucristo.
En colaboración con las iglesias locales, estamos proveyéndoles a los sobrevivientes del terremoto: refugio, alimentos y agua. Los cristianos filipinos también están animando y llevando el consuelo del amor de Dios a las personas que sufren.
Hasta ahora, hemos distribuido kits de higiene a más de 1800 familias, hemos provisto alimentos y utensilios de cocina para más de 2000 familias, y hemos entregado materiales para refugios a más de 2700 familias, ya que siguen viviendo desplazadas de sus hogares en medio de la época de lluvias.
Los habitantes nos compartieron sus historias de cómo los escombros caían alrededor de ellos y cómo escaparon por poco de sus casas y sus lugares de trabajo. También expresaron su gratitud por cómo Dios los ha protegido y les ha proveído.
Un padre relató cómo Dios le dio una señal de que regresara a casa de una excursión nocturna de pesca submarina. Cuando se dio cuenta de que su linterna no funcionaba y experimentó otros problemas con los equipos, decidió irse a casa para estar con su familia. El terremoto golpeó poco después de que él llegó a su casa, justo a tiempo para proteger con su cuerpo a su esposa embarazada y a sus dos hijos mientras los escombros caían alrededor de ellos.
Los equipos están reuniendo materiales para armar refugios, que incluyen lona, cuerdas y otros elementos para mantener a las familias secas y abrigadas.
Con el socorro que les hemos provisto, la familia pudo dormir y disfrutar de las comidas juntos en un campo cerca de su casa, incluso cuando las lluvias monzónicas se intensifican.
Socorrimos a un niño de 12 años, dándole comida y agua. Él nos contó que cargó a su hermanito menor desde su casa, en medio de las fuertes réplicas que hubo poco después del sismo inicial. Esa noche, cuando la tierra tembló, estaban solos en casa, ambos dormían, y se despertaron sobresaltados porque las cosas se caían y se rompían. El muchacho contó que al principio pensó que habían entrado a robarles, hasta que escuchó que los vecinos gritaron: “¡Terremoto!”.
Tuvieron que evacuar con sus vecinos hacia un terreno más alto, cuando llegó la noticia de una alerta de tsunami. Está sumamente agradecido por las provisiones y otros artículos que les proveímos, ya que ayudarán a toda la familia en los próximos días mientras tratan de resolver la situación.
Son apenas dos de las muchas historias que los sobrevivientes compartieron con nuestro equipo y los asociados mientras ellos brindaban asistencia a las comunidades afectadas. Mientras nuestro Equipo de Respuesta para Asistencia en caso de Desastre (DART) continúa trabajando junto con muchas de estas congregaciones fieles de Cebú, las réplicas (que ahora se cuentan por miles) siguen haciendo temblar a las comunidades y las estructuras que ya están dañadas.
Por favor, continúa orando por los habitantes de Cebú , por nuestras iglesias asociadas y por los miembros de DART que están sirviéndoles en el nombre de Jesús.
Las comunidades de la provincial de Cebú tienen un largo camino por delante para recuperarse del terremoto de magnitud 6.9 del 30 de septiembre.
