Las unidades médicas móviles de Samaritan’s Purse en Ucrania brindan asistencia médica cerca de las líneas del frente, al mismo tiempo que conectan a los pacientes con las iglesias locales.
Sin un tratamiento, las enfermedades a menudo empeoran. Cuando la guerra hace inaccesibles los tratamientos, los temas del espíritu también pueden deteriorarse y agravar los padecimientos físicos. En respuesta a semejante situación trágica, Samaritan’s Purse ha desplegado unidades médicas móviles a dos centros poblacionales asediados en Ucrania. Estamos ofreciendo socorro físico tanto como espiritual a los habitantes cansados de la guerra.
Con un plantel compuesto por dos médicos generales, tres enfermeras, más un endocrinólogo y un cardiólogo itinerantes, las unidades han atendido a más de 1600 pacientes en el último año, incluyendo a Violetta* y a su marido, Andrii*.
Violetta era maestra de matemáticas en su pueblo, y Andrii trabajaba en una subestación de energía, aun después de la invasión rusa. Pero cuando los ocupantes les exigieron que obtuvieran pasaportes rusos y trabajaran para ellos, Violetta se atemorizó. Ella y Andrii decidieron que no cooperarían con las tropas extranjeras, y huyeron de su casa. En su lugar, encontraron un apartamento en una zona que queda a unas dos horas de viaje.
“Las unidades médicas móviles resultaron ser una fuente de esperanza en medio de lo desconocido”.
“Fue difícil acostumbrarse al lugar nuevo”, dijo ella, pero las unidades médicas móviles resultaron ser una fuente de esperanza en medio de lo desconocido.
“Dado que mi esposo y yo no somos jóvenes y tenemos enfermedades, decidimos visitar la clínica para conseguir medicamentos”, dijo Violetta. “Llamé y pedí una cita. Cuando fuimos por primera vez, nos sorprendimos gratamente: una pequeña sala agradable, personal simpático, especialistas idóneos. Hicimos nuestras consultas, recibimos medicamentos, oración, y una invitación a la iglesia”.
Gratamente sorprendidos
Al principio, Violetta fue cautelosa acerca de la invitación, pero cuando recibió la dirección de la iglesia y descubrió que estaba cerca de su nueva casa, su interés creció.
Decidió visitar la iglesia y conoció al pastor, quien la invitó a volver para experimentar la comunión y el estudio bíblico en determinados días. Luego, el pastor oró por Violetta.
“Quise aprender más acerca de Dios”.
“No había sentido ese tipo de atención en mucho tiempo, y quise aprender más acerca de Dios”, dijo ella.
Ahora, cuando Violetta asiste habitualmente a la iglesia, se encuentra con otras personas que han huido de zonas cercanas a su pueblo natal.
“La guerra ha traído mucha tristeza a la vida de la gente, pero juntos podemos sobrevivir a todo”, afirmó Violetta. “Siento el apoyo de los pastores, que son refugiados como yo, y yo misma trato de apoyar a otras personas”.
El cuidado atento de Dios
El personal creyente de nuestras unidades médicas móviles continúa sirviendo en estas zonas del frente de batalla para extender la esperanza y la sanidad donde escasean.

Violetta dijo: “Estamos sumamente agradecidos por la humanidad y la verdadera actitud cristiana del personal médico de la clínica de Samaritan’s Purse”.
“Dada la guerra en curso, nos honra profundamente brindar atención médica y apoyar a los necesitados, especialmente, a los que viven cerca de las líneas del frente con escasa o directamente sin ninguna asistencia médica de calidad”, dijo un miembro del personal que atendió a Violetta. “Es significativo y, a la vez, reconfortante ser testigos de la su gratitud y del alivio que hay en sus miradas, porque saben que no han sido olvidados y que Dios vela por ellos”.
Ahora, los ojos de Violetta brillan de esperanza cuando habla de la atención que recibió.
“El alma necesita ahora más que nunca la atención, el consuelo, la paz y el apoyo que únicamente pueden encontrarse en la esperanza de Cristo”.
“Estamos sumamente agradecidos por la humanidad y la verdadera actitud cristiana del personal médico de la clínica de Samaritan’s Purse. Es muy bueno que haya una institución como esta, donde puedes recibir atención médica, medicamentos y oración”.
“Quizás, esto último sea mucho más importante ahora. La medicina, por supuesto, es muy buena, pero, cuando atendemos el cuerpo, muchas veces descuidamos las necesidades del alma. Y el alma necesita ahora más que nunca la atención, el consuelo, la paz y el apoyo que únicamente pueden encontrarse en la esperanza de Cristo”.
*Los nombres han sido cambiados u omitido por cuestiones de seguridad.
