Las familias desesperadas de seis aldeas de la provincia Alto Uele (República Democrática del Congo) gozan del acceso confiable al agua potable gracias al proyecto WASH de Samaritan’s Purse.
Kumane vivía lejos del agua que debía ir a recoger todos los días y, a veces, regresaba del suministro de agua con los bidones vacíos. En ocasiones, estallaban peleas en el aguadero cuando las mujeres se disputaban la poca agua que salía de un sistema dañado.
“El agua no era potable y, además, el caño ya se había roto”, relató. “Por eso, cavamos unos pozos alrededor para extraer agua con tazas”.
En ocasiones, podía medirse en onzas, lo cual quería decir que ese día no habría agua para ella y su familia.

El acceso confiable a las vertientes ha dotado agua en abundancia y restablecido la paz en seis aldeas de la provincia Alto Uele, República Democrática del Congo.
Kumane provenía de una de las seis aldeas que extraían de la misma fuente de suministro del agua, y a veces ni siquiera era seguro trasladarse hasta el lugar.
Aboguone Jean-Pierre, jefe de las aldeas, describió la situación desoladora.
“Somos unas 15 000 personas las que vivimos aquí. Teníamos dificultades con el agua; no bebíamos agua limpia, y muchos niños y adultos padecían dolores de estómago”, dijo el jefe. “Era evidente que no bebíamos agua potable”.
Si las mujeres llegaban demasiado tarde durante el día, corrían el riesgo de ser atacadas por hombres jóvenes que les tendían emboscadas.
“Había peleas, heridas y hasta incidentes de agresión cuando las mujeres y los niños tenían que ir a buscar agua durante la noche”, afirmó el jefe Aboguone. “Madres que se empujaban unas a otras. Se jalaban de la ropa unas a otras”.
Bendecidos por el agua potable y la Palabra de Dios
Cuando la aldea invitó a un equipo de especialistas en agua, saneamiento e higiene (WASH) de Samaritan’s Purse para que visitara la región, este detectó la necesidad inmediata de múltiples puntos de abastecimiento de agua para permitir que las vertientes fluyeran libremente a través de nuevos sistemas de tuberías.

Se formó un comité de agua potable, y los instructores de Samaritan’s Purse enseñaron cómo proteger el agua subterránea, prácticas de higiene recomendadas y a mantener y reparar la tubería de una fuente de agua.
El equipo también escuchó a los líderes locales, quienes dijeron que las escuelas de la zona necesitaban urgentemente letrinas que funcionaran. Eso ayudaría a mejorar la higiene de los estudiantes y del cuerpo docente. Sobre todo, ayudaría a proteger el agua subterránea para que no resulte contaminada por los patógenos que se transmiten a través del agua al entrar en contacto con los desechos humanos.
Nuestro equipo se puso a trabajar, en primer lugar, formando un comité de aguas en cada una de las aldeas seleccionadas. También creó el club de la higiene en las escuelas. Los líderes locales se involucraron en la construcción de las redes de agua y de letrinas, y esta conexión vital fortaleció nuestras relaciones con los líderes de las aldeas. Esta aproximación alentó la responsabilidad personal sobre el uso y el mantenimiento del proyecto WASH, y a la vez restableció la armonía y la colaboración entre las aldeas.
En poco tiempo, el nuevo sistema de tuberías comenzó a canalizar el agua potable desde los seis manantiales que fueron estratégicamente colocados para su fácil acceso. Las letrinas, junto con los centros de aseo, estuvieron en funcionamiento en dos escuelas. Y durante ese proceso, a los habitantes de la región les presentaron la Palabra de Dios. Muchos recibieron sus Biblias personales, en su propio idioma.
Un hombre llamado Motoba, líder local y miembro del comité de gestión del agua, aprendió a leer la Biblia después de las semanas que duró la capacitación y la instalación por parte del equipo WASH. A lo largo del tiempo de instrucción y durante el arduo trabajo de construir el sistema, el equipo habló sobre el Agua Viviente, Jesucristo.
“Cuando Samaritan’s Purse vino, comenzaron a abrirnos el entendimiento sobre el Evangelio”, dijo él. “Aquí no sabíamos leer los Evangelios. Como estoy aquí, no sabía leer bien la Biblia. Pero cuando llegó Samaritan’s Purse, ellos me instruyeron, y también me enseñaron cómo entender la Biblia. Eso, realmente, nos causó mucha alegría”.
Zakuda Mohammed, quien dirige una escuela islámica local, dijo que el proyecto fue para él la oportunidad de ver a los cristianos ayudar a todos sus vecinos.

Los directivos de una escuela musulmana local fueron bendecidos por Samaritan’s Purse y agradecieron por los cristianos dispuestos a servirlos.
“Cuando vi la letrina, consulté la Biblia y me di cuenta de que estas personas son verdaderos samaritanos, como aquel que ayudó a un hombre que cayó en el camino”, relató él, refiriéndose a lo que leyó en Lucas 10:25-37. “Están dispuestos a ayudarnos a todos nosotros”.
No más caminatas peligrosas en busca del agua
Ahora que hay agua suficiente para todos, las peleas han terminado. El peligro ha pasado.
Las mujeres y las niñas como Kumane ahora se sienten seguras cuando visitan las fuentes de agua, y ya no tienen que regresar a casa con los recipientes vacíos.
“El agua no se agota ni siquiera durante la estación seca”, dijo el jefe Aboguone. “Así es, el agua no se agota; las niñas y las madres pueden sacar agua fácilmente”.
Una de las mujeres exultantes por la revitalización de los puntos de abastecimiento de agua es la joven Kumane. Ella presenció las peleas que se producían en los viejos puntos de recolección de agua. Fue testigo de las enfermedades. Muchos de esos días de preocupación y la pelea por el agua potable han terminado.
“Ahora, hay un cambio de verdad. Ya no bebemos el agua contaminada de los arroyos, y las enfermedades reiteradas han disminuido significativamente”, dijo ella. “En el pasado, yo misma sufrí dolores de estómago y enfermedades, pero ahora estoy bien. Le agradezco a Samaritan’s Purse por ayudarnos. Esta es una obra que nunca podríamos haber hecho solos. Sabemos que fue Dios quien les dio los medios para ayudarnos, ¡y estamos agradecidos!”.
