Dios está usando la unidad móvil de salud de Samaritan's Purse para cubrir las necesidades físicas y espirituales de las madres en situaciones vulnerables en Colombia.
Las madres llegan exhaustas y desesperadas a la unidad móvil de salud estacionada en Colombia. Levantan la vista y ven una cruz con las palabras “Ayudamos en el nombre de Jesús” grabadas en la parte inferior.
Algunas han hecho el extenuante y peligroso viaje desde Venezuela para escapar de la actual crisis económica y política que se ha desatado en el país vecino, desde hace casi ya una década. Otras huyeron de la violencia que hay dentro de sus propias comunidades colombianas. Ambos grupos llegan débiles y sin esperanzas, en busca de refugio para ellas mismas y para los preciosos niños que llevan en su vientre.
Para estas madres, la unidad móvil de salud de Samaritan’s Purse es un refugio y una señal de cosas mejores por venir. Estacionada en la ciudad de Santa Marta, emplazada a lo largo de la costa caribeña colombiana, la unidad itinerante de salud ha servido a 57 futuras mamás y madres lactantes en solo dos días, brindándoles chequeos médicos, medicamentos, y mucho más, todo en el nombre de Jesús.

La unidad móvil de salud de Samaritan’s Purse estacionada en el centro de Santa Marta, Colombia, durante dos días, para proveer atención médica gratuita para futuras mamás y madres lactantes necesitadas.
Los miembros de nuestro personal clínico realizaron ecografías y análisis de laboratorio para las madres, a la vez que distribuyeron medicamentos básicos y suplementos nutricionales para mujeres y niños que padecen de desnutrición. La unidad móvil de salud hace paradas en distintas ciudades de Colombia para garantizar que las madres de la región tengan acceso a la atención médica básica.
“Lo que hemos visto es, desde luego, muchísima necesidad”, dijo la Dra. Adriana Marrugo, la Coordinadora de programa para la respuesta sanitaria de Samaritan’s Purse a lo largo de la costa caribeña de Colombia. “Hay serias dificultades para acceder a los servicios médicos, y grandes desafíos en materia de transporte para estas mujeres. A veces, tenemos que darles ayuda en efectivo para que puedan llegar directamente a la clínica”.
A lo largo de los dos días de evangelismo en Santa Marta, el equipo cuidó la salud espiritual y también emocional de las madres. La ansiedad fue calmada por las manos compasivas de nuestro equipo médico y, sobre todo, mediante la Palabra de Dios.
“Muchas llegan con miedo, porque piensan: ‘¿Qué voy a hacer después de esto?’. Pero se van con una palabra de esperanza”, dijo Christian Núñez, el capellán de Samaritan’s Purse que está en el lugar, acompañando a la unidad móvil de salud. “Es un recordatorio de que, desde el primer instante de la concepción de ese niño, Dios ya está cubriendo y protegiéndolo. Y de que ese niño traerá bendiciones, no solo para ella, sino para toda la familia”.

Christian Núñez (izquierda), un capellán preparado de Samaritan’s Purse, comparte el amor de Dios con una paciente de la clínica. Predicar el Evangelio sigue siendo nuestra meta mientras servimos a las madres colombianas en el nombre de Jesús.
Madres que encuentran refugio
Shalom (22 años) llegó a la unidad móvil de salud de Samaritan’s Purse embarazada de ocho meses. Se encontraba lejos de su familia y amigos, que viven en Venezuela. Recordó su viaje del 2022 como algo “horrible. Pasé mucha hambre”.
Aunque la futura madre encontró trabajo en Santa Marta poco tiempo después de llegar, le preocupaba que nunca fuera suficiente para mantener a un hijo. El equipo médico de Samaritan’s Purse no solo le aseguró que ella y el bebé estaban saludables; además le recordó que Dios tiene el control.

Shalom escuchó sobre la fidelidad de Dios en nuestra unidad móvil de salud. “Aunque nosotros no lo veamos, Él está silenciosamente presente, haciendo Su obra, y Él sabe exactamente cómo hacerla”, dijo ella.
“Dios está siempre con nosotros”, dijo Shalom. “Como él [el capellán] dijo: no estamos abandonados. Él siempre está ahí, especialmente, en los momentos más difíciles”.
Karen fue otra futura mamá que salió de la clínica móvil, revitalizada y llena de confianza. Ella también escapó de Venezuela con su marido y sus hijos mellizos. Pero ahora está esperando su tercer hijo. Unos meses antes, Karen había conocido a Samaritan’s Purse a través de un evento evangelístico en la escuela de sus hijos; así que, cuando vio el logo, no tuvo dudas de que recibiría atención de calidad.
“Puedes sentir el amor en su manera de servir, porque atienden las necesidades por un deseo verdadero de ayudar”, dijo Karen. “Estoy muy agradecida, porque además de cuidar a la gente, ellos les salvan la vida”.

Un miembro del personal de clínica de Samaritan’s Purse le muestra a una paciente su Biblia nueva, después de su chequeo médico.
Seguimos compartiendo el amor de Dios en Colombia
Samaritan’s Purse abrió una oficina local en Colombia poco después de que la economía venezolana colapsó a mediados de la década de los 2010.
Rápidamente respondimos al flujo de inmigrantes que desbordó a Colombia, organizando refugios, distribuyendo comidas calientes a miles de personas, cubriendo las necesidades básicas y compartiendo la esperanza del Evangelio con estas familias que se vieron obligadas a dejar su hogar.
Samaritan’s Purse ha mantenido estas labores de socorro desde entonces.
Con una oficina local en el país, los equipos de Samaritan’s Purse en Colombia comparten el amor de Dios en refugios a lo largo de la frontera, que les facilitan a los inmigrantes cansados un lugar donde dormir, un plato caliente y servicios sanitarios. Nuestros equipos también se aventuran a entrar en las aldeas pobres e improvisadas de inmigrantes para compartir a Jesús con las familias y abastecer a la iglesia local con recursos de enseñanza, programas de apoyo, entre otras cosas.
Por favor, ora por Colombia y por nuestra labor permanente en el país sudamericano.
