Los diarios de Vera: El Dios visible en los frentes de batalla

15 de septiembre, 2023 • Ucrania
Samaritan's Purse continúa proveyendo alimentos y otros artículos imprescindibles para las personas que viven cerca de los frentes del conflicto en Ucrania.

Fragmentos del diario de una traductora ucraniana muestran cómo Dios está usando a Samaritan's Purse en algunas de las zonas más peligrosas del conflicto.

Respondiendo a la crisis en Ucrania
014064
$
Donar

Mientras nuestros asociados se meten en la zona roja de Ucrania para ayudar en representación de Samaritan’s Purse, Vera acompaña a algunos de ellos como traductora. A continuación, fragmentos de las anotaciones de su diario muestran algunos de los horrores de la guerra y, asimismo, ilustran cómo Dios está presente y activo aun cuando la batalla arrasa.

4 de noviembre, 2022
Una oleada de luz atraviesa las copas de los árboles. Es bello, pero a la vera del camino pasamos junto a un auto volcado. Más lejos, los restos de un tanque. Otra vez, un auto que explotó y los restos de otro tanque. El auto aún está en llamas. La columna de humo mezclada con el olor a pólvora me da ganas de estornudar. La tierra tiembla y mi cuerpo, involuntariamente, reacciona a las explosiones. ¿Es aterrador? Sí, pero la voluntad por vivir es aún más grande.

Finalmente, llegamos a una aldea. Las abuelitas se reúnen entre las casas. Están muy ansiosas por contarle a alguien sobre su dolor. Nos abrazan llorando de alegría y nos agradecen el haber llegado hasta ellos con alimentos.

Estamos junto a un hombre herido. El solo ver sangre podía hacerme desmayar. Pero tengo enfrente la realidad de darme cuenta de que la vida de alguien puede estar en peligro y tengo que traducir para un médico y un paciente. La sangre se filtra a través de los vendajes. Ya no me preocupo tanto por la explosión de los proyectiles. Solo queremos ayudar a alguien a sobrevivir.

“¿Escuchan las explosiones? Allí es donde tenemos que ir”, anuncia el conductor.

“Señor, guíanos”, oramos en el auto. “Haznos llegar a donde tenemos que ir y guíanos para salir de la tribulación. Cierra los ojos del enemigo. Protégenos, Señor”. ¡Además, oramos para que nuestro auto no se rompiera ni se atascara!

En su trabajo como traductora, Vera ha viajado reiteradamente a la zona roja.

En su trabajo como traductora, Vera ha viajado reiteradamente a la zona roja.

La naturaleza de Dios es increíblemente hermosa, pero todo está arruinado por los tanques quemados y otros vehículos averiados a lo largo de las carreteras. Debajo de un auto hay un cuerpo. Otro cuerpo, y otro. Ya no vemos casas destrozadas, ventanas rotas, o cualquier otra pérdida material.

Llegamos a unas casas. Una ancianita sale a la puerta. Llora. Nos abraza. Se lamenta, diciendo que su hijo se fue a la guerra y no han estado en contacto por un largo tiempo. Ella lo espera. Mi corazón se encoge. ¿Está vivo o muerto?

Algunos tanques destruidos vuelven a cubrir las rutas; cada uno se ha convertido en la tumba de alguien. ¿Cuántos de ellos fueron llevados ante el juicio de Dios sin nunca haber conocido el gozo de la vida con Él?

13 de noviembre, 2022
Un misil se estrella; la tierra se sacude. Oro en voz alta: “Señor, protege la ciudad. Despliega tu domo. Tengo miedo. Pero voy porque sé que tú nos diriges”.

A partir de ese momento, no dispararon un solo misil. Todo el tiempo que estuvimos allí, no escuchamos una sola explosión, a pesar de que a veces podíamos oler la pólvora y el humo.

Una doctora estaba en pánico cuando llegamos. Su departamento había sido atacado por un misil, pero nuestra calma la sorprendió. Dijo: “No sé quiénes son ustedes, pero mientras estuvieron en la ciudad, todo se mantuvo tranquilo”. Esto me abrió la puerta para que le hablara de Dios.

Mientras entregan otras provisiones, nuestros equipos de colaboradores también les dan a las abuelas los abrazos que tanto necesitan.

14 de noviembre, 2022
El conductor y yo fuimos a Frente Oriental para ayudar con los suministros médicos. La otra parte de nuestro equipo fue al Frente Sur. En un momento, mi corazón se llenó del deseo de orar. Inmediatamente, se lo informé a mi círculo de amigos cercanos.

Resultó que una voz suave me había instado a orar durante un ataque sobre nuestros compañeros de equipo. Todo terminó bien. Dios los protegió y los mantuvo con vida a todos. Al menos siete misiles sacudieron la tierra, levantando lodo y humo, pero ninguno cayó cerca de ellos.

Así es la oración intercesora. No tienes armas de hierro, pero el domo (la protección que provee la oración) es más fuerte que los misiles enemigos.

Vera y su equipo le entregaron alimentos y una estufa a leña a una mujer que había presenciado la destrucción tan cerca de su hogar.

16 de noviembre, 2022
Mucho antes del amanecer, leí: “El Señor peleará a favor de ustedes; así que manténganse en silencio” (Éxodo 14:14, PDT).

Es un día nublado. Cada vez que salimos a una misión peligrosa, oramos por el clima. Es difícil manejar por los caminos cenagosos durante o después de la lluvia, pero las nubes bajas que están suspendidas me recuerdan la protección de Dios sobre el Israel de la Biblia. Los cielos cubiertos hacen imposible ver los caminos desde los satélites y los drones.

Los habitantes están muy contentos de vernos. Empiezan a invitar a sus vecinos y nos cuentan cómo han vivido durante la ocupación. Hay lágrimas en los ojos de la gente. Se lamentan de lo difícil que han sido los últimos meses. También lloran de alegría porque vinimos y porque les trajimos comida.

“El SEÑOR peleará a favor de ustedes; así que manténganse en silencio” (Éxodo 14:14, PDT).

18 de noviembre, 2022
Como siempre, comenzamos la mañana en el depósito de Samaritan’s Purse. Allí, nos dan la bienvenida. Ayudamos a Samaritan’s Purse a transportar las primeras provisiones de auxilio a las zonas más peligrosas. Hoy iremos a un hospital. Cuando entramos en la ciudad, nos dicen: “No se queden. La ciudad está en la mira”. Oramos, como lo hacemos siempre. Entonces, sin miedo y con paz en el corazón, llegamos al hospital. La doctora es una mujer agradable. Sus hijos están en el ejército. Su nuera y sus nietas se han ido a un lugar más seguro.


23 de noviembre, 2022

Cada día, por nuestras manos pasan toneladas de provisiones, y luego están los caminos largos, llenos de baches y plagados de minas. A veces, tenemos que escondernos y también apresurarnos. Nadie nos multará por conducir rápido, pero viajar despacio y con cuidado puede costarnos la vida. Al final del día, el movimiento y las sacudidas me hacen doler todo el cuerpo. Llego a casa, cansada pero feliz, porque mi día no pasó en vano. Salvamos la vida de alguien al llevar medicamentos que salvan vidas, o por alimentar a los hambrientos. Llevamos un rayo de luz, un abrazo cálido, una sonrisa reconfortante a una abuela, a un niño que ha estado escondido en un sótano durante meses, guardándose de las explosiones.

No es agradable ser débil. Pero me llena de alegría ver cómo Cristo muestra su fuerza a través de mi debilidad. Es difícil mirar los rostros endurecidos por la vida. Pero no hay nada más dulce que ver las lágrimas del trato de Dios.

Es aterrador conducir fuera de las carreteras, donde pueden esperarnos minas terrestres y otros explosivos. Pero Dios es
más fuerte que los áspides y las víboras de metal de nuestra época.

Tanques incinerados por los caminos que Vera y su equipo recorren en las zonas de conflicto.

22 de diciembre, 2022
Nuevamente en camino para entregar los suministros médicos que necesitan en los hospitales. Estoy cansada. No puedo imaginar lo cansada que debe haber estado María en la primera Navidad. Ahora, vamos en camino a brindar calidez y amor a las personas. Señor, por favor dame la fuerza para sonreír.

24 de diciembre, 2022
El día anterior a Navidad, fuimos a una aldea que queda justo en el frente. Yo iba en el primer vehículo. En un momento, nos dimos cuenta de que el neumático derecho delantero estaba roto. Fue muy complicado cambiar la rueda que estaba profundamente hundida en el barro, pero eso no fue lo peor. Un par de minutos después, escuchamos muchas explosiones acercándose a nosotros. Recibimos órdenes de ocultarnos porque la carretera a esa aldea estaba desprotegida. Luego de una seguidilla de proyectiles y de las explosiones de un par de bombas, el militar dijo que teníamos unos cuatro minutos para descargar la ayuda humanitaria. Es el tiempo que tardan en recargar las ametralladoras. Tenía razón: casi a los cuatro minutos empezaron a atacarnos de nuevo. Los misiles impactaron en la tierra negra a la derecha y a la izquierda de nosotros, pero no alcanzaron a nuestros autos. Dios estuvo con nosotros en medio de ese valle de sombra de muerte.

  • Vera y su equipo llevan montones de leña a las zonas en conflicto para proveer la muy necesaria calefacción cuando se corta la energía eléctrica.

5 de enero, 2023

Esta ciudad parece un pueblo fantasma. Las ventanas de los altos edificios de departamentos han sido arrancadas, quemadas y atravesadas por los disparos. En la fachada de cada vivienda de varios pisos hay huecos de aproximadamente 3 metros de profundidad y 9 metros de ancho. Cada casa tiene la marca de la guerra.

Pareciera que las copas de los árboles fueron cortadas, atravesadas. Los troncos, también. La naturaleza está destrozada por las explosiones. El aire está impregnado de olor a pólvora. Me recuerda al olor a ajo quemado que se te sube a la garganta y te da ganas de toser. No puedes respirar suficiente aire y te hace sentir sediento.

La guerra está en marcha. No es un relato en tiempo pasado. Miro alrededor y pienso en el significado de la vida. El día del juicio llegará, y yo seré puesta a prueba por el fuego. Toda la vida, los propósitos de los actos, todo quedará al desnudo. De pronto, mis pensamientos se ven interrumpidos por una explosión potente. Todo se sacude bajo mis pies, montones de cosas contundentes y ruidosas vuelan por encima de mi cabeza.

Ante el sonido de las explosiones, y con una confianza total en Dios, continuamos haciendo lo que vinimos a hacer, seguimos bendiciendo a las personas.

Un compañero del equipo de Vera lee las Escrituras a los ucranianos que están cansados de la guerra.

Las personas lloran al vernos. Las abrazamos, y lloran aún más, como si se ablandaran en nuestros brazos. “Tráigannos paz”, suplican. “La única paz que tenemos”, digo, abriendo la Biblia para niños en la historia de la Navidad, “es Jesucristo. Él nos da la paz y la confianza para arriesgar nuestras vidas al venir a ustedes y compartir el amor que Él nos da”.

Terminamos la reunión a los abrazos y con muchas lágrimas.

13 de enero, 2023
Hoy estuve cerca de la vida y la muerte. Después de la primera explosión, me doy cuenta de que ya estoy agachada, o tendida en el suelo, junto a alguna estructura. En la segunda explosión, evalúo la situación para ver si es más seguro correr al búnker, o quedarme junto a la losa de cemento.

Pude ver las explosiones cerca del huerto y me di cuenta de que algo se acercaba. Tenemos apenas segundos para escondernos de la explosión. En esos dos segundos, no sé cómo terminé en el sótano de la abuelita más cercana. Este lugar es agradable, abrigado y tranquilo. Pero está un poco oscuro. En medio de todo esto, hay paz celestial en mi alma, una sensación de la promesa de Dios: “Podrán caer a tu lado mil y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará” (Salmo 91:7).

Los bombardeos se cobraron el techo de una iglesia ucraniana.

14 de enero, 2023
Alguien me dijo ayer: “Es como si resplandecieras. Vas a las zonas peligrosas de la guerra y tú misma irradias paz”. Debe ser porque la presencia de Dios me envuelve.

Hoy, mientras visitábamos una aldea, fuimos atacados. No me estresé para nada. Tuve paz y tranquilidad en medio de la tormenta. Con Dios, todo es posible.

16 de enero, 2023

Todos los días escuchamos las noticias. Ayer nos enteramos de que el lugar que solíamos visitar fue atacado, y un hombre con quien servíamos murió. A otro, un explosivo le arrancó el brazo y tiene heridas en el estómago.

Tenemos una semana por delante. Veo los planes y, humanamente hablando, quiero salir corriendo. Miro a Dios y, con Él, viene un coraje como el de Daniel. Al mirar a Jesús, es posible caminar sobre el agua, caminar sobre los campos minados, salvar vidas en su nombre.

Este hombre ucraniano prepara sopa para sí mismo y para otros que están escondidos en la zona roja.

El amor de Dios es asombroso. Desvanece el miedo, la ira, los malentendidos. En lugar de traer oscuridad, su amor llena y enciende, cura y da paz.

Escucha más sobre Vera en el último episodio del podcast On the Ground with Samaritan’s Purse.

Lee un resumen del trabajo de Samaritan’s Purse en Ucrania desde que comenzó la guerra.

APOYO
Olena and her children huddle in their cellar next to a stove provided by Samaritan's Purse.
Respondiendo a la crisis en Ucrania Samaritan's Purse suministra comida, agua y otros artículos, como estufas a leña, lámparas solares y materiales para construcción a las familias que sufren en Ucrania. En asociación con las iglesias y los ministerios locales, llevamos esta ayuda urgente a aquellos que están en zonas gravemente afectadas por el conflicto. También transportamos por avión al interior del país las provisiones y brindamos capacitación médica mientras el conflicto sigue propagándose. Desde que comenzó la guerra, hemos operado dos hospitales móviles de emergencia y otras y clínicas gratuitas.

Ukraine Response 014064
$

Más

Español
Quantcast